Algunas veces, dentro del silencio que todo lo envuelve,
encuentro un instante de paz, en el silencio.
Y mi espacio es entonces único y secreto,
redondo y concéntrico.
Aspiro a un imposible.
Desearía poder contentarme con contener
en un instante la felicidad de mi universo,
y regar entonces mi alma
y verla florecer, al sol, en paz. Para siempre.
En un segundo.
Y que el tiempo fuera entonces un punto de luz.
Inamovible.
Quisiera encontrar el equilibrio y no tener miedo al vacío.
Quisiera volver atrás, y poder mirarte como te miraba
y sentirte como no te siento ahora,
de nuevo, de pronto.
Y que cerraras los ojos y me miraras, desde dentro.
Quisiera que te acostaras frente al mar,
respirándome.
Quisiera hacer de todo una eternidad,
y vivirla contigo.
Quisiera temblar a tu lado, cada tarde,
tarde,
cuando me duelan los ojos y se me adormezca el alma,
y refugiarme en ti, como un barco en busca de abrigo.
Aspiro a un imposible.
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